domingo, 6 de febrero de 2011

La leyenda del mito sexual


“No te toques eso que te quedarás ciego” ¿a quién no se lo dijeron alguna vez? La mayoría de las veces aprendemos a golpe de prueba y error. La educación se gesta, en gran medida, bajo la influencia social. Mientras, el sujeto intenta ver claridad tras las nubes desinformativas. Éstas pululan en la sociedad pretendiendo influenciar conductas bajo algún interés prejuicioso o, a veces, con el más puro instinto protector. La inocente transmisión de un rumor puede acarrear inhibiciones o modificaciones en las formas de pensar y actuar. En su difusión se debe cuestionar o, al menos, llevar especial cuidado cuando se trate con un receptor menor de edad y cuando se relacione con temas que giren en torno a la sexualidad. La leyenda urbana se mantiene en el limbo de lo que es creíble y lo que no. El emisor juega con la ventaja del anonimato para transmitir su mensaje. Y sea cierta o no, da igual; pensará que es ‘lo que se dice por ahí’, ‘lo que dice la gente’. El comunicador no se hace cargo porque impera en su verdad la supuesta ‘voz colectiva’. A continuación, se analizará el rumor en la sexualidad humana.
Eliseo Verón define el rumor como “la voz que habla sin responsabilidad porque no hay pruebas”. Y aplicando las ideas del profesor Guy Durandin (reflejadas en su libro “La Información, la Desinformación y la Realidad”), conforma un proceso circular que se alimenta de sus oyentes reactores. Es decir, para que un rumor alcance su éxito invasivo, primero se lanza la noticia falsa en un pequeño círculo, éste lo capta y lo transmite a un público más amplio, la noticia provoca unas reacciones en un determinado número de individuos (personas que se identificaron con ese hecho y que les despertó la curiosidad de algún modo), se difunden esas reacciones y, por último, se utilizan como pruebas en cuanto a la acusación inicial. En ese momento, el bulo se alimentará de argumentos reales, creados por la sociedad, confirmándose cada vez más y con la fuerza suficiente para llegar a engañar a otro ‘primo’.
PNS entrevista a la psicóloga Ornela Mateu que nos muestra las falsas creencias que circulan sobre la sexualidad. Nos comenta que afectan a todo el mundo y no sólo a los jóvenes. Detalla el especial cuidado que se debe tener con las informaciones relacionadas en la prevención de las conductas sexuales de riesgo, los abusos, los embarazos no deseados, las enfermedades de transmisión sexual y los estereotipos sexistas. “Hay que desterrar los mitos arraigados culturalmente y ofrecer la información adecuada y necesaria a todos los sectores de la población”. Además recomienda no tener miedo a preguntar, a solicitar información a familiares, profesores, médicos o centros de planificación familiar.
 “Hay que desterrar los mitos arraigados culturalmente y ofrecer la información adecuada y necesaria a todos los sectores de la población”, comenta la psicóloga Ornela Mateu.
- ¿Qué es un mito sexual?
- Los mitos sexuales son opiniones no fundadas sobre algo relacionado con el sexo, expresadas con convicción y formadas en su mayoría por la ignorancia.
¿Cómo se generan los mitos?
- Los mitos se desarrollan porque juegan dentro o cerca de los límites de la realidad o porque deseamos que sean verdad. Pueden llegar a ser simples opiniones y convertirse en creencias de toda una comunidad. Su difusión, como un hecho comprobado, le otorgará ese carácter de rumor.
Cómo se genera un rumor puede explicarse desde la aplicación de Sigmund Freud con la Operacionalidad del Yo, dentro de su Teoría del Psicoanálisis. El autor separa la personalidad en tres instancias que interactúan entre sí en condiciones de tensión. “Cuando fallan los métodos racionales, el YO (ejecutivo intermediario entre el Ello y el Superyo) puede optar por tomar medidas racionales e irracionales para liberar la presión externa. En este caso opera inconscientemente negando, falseando o distorsionando la realidad […] Se creará una realidad determinista a la que se otorga un alto grado de probabilidad de ser cierta […] En ese momento, el rumor se forma y cobra vida” (según El rumor: un análisis epistemológico; por Michael Ritter, 2000).
¿Por qué suponen un problema?
- El problema de estas falsas creencias es que pueden acabar influyendo en el comportamiento de las personas, perjudicando su vida sexual y aumentando la probabilidad de realizar conductas de riesgo en el futuro.
Cuando un grupo de personas dialoga sobre un hecho no se limitan a expresarlo literalmente. Discuten y comparten preocupaciones comunes. Opinan, especulan, predicen, lo comparan, lo analizan. Estos comentarios que giran en torno al mito provocan que crezca y se fomente su reforzamiento. El psicólogo Carl J. Jung opina que para la difusión de un rumor “común” no se requiere más que “la curiosidad popular y el tráfico de sensaciones”. También aporta que no tiene límites ya que pueden reconocerse las mismas leyendas urbanas en culturas y países diferentes; aunque en la mayoría de los casos, la historia no es exactamente igual.
 La difusión de un rumor “común” no se requiere más que “la curiosidad popular y el tráfico de sensaciones”, según el psicólogo Carl J. Jung
¿Por qué son tan creíbles?
-  Estas falsas creencias van pasando de unas personas a otras como si se trataran de realidades y, aún careciendo de base científica, son difíciles de erradicar totalmente porque forman parte de la cultura popular. Suelen comenzar con frases como “a una chica que conoce un amigo”, “al primo de mi amiga”, “conozco a una pareja”. La credibilidad va proporcionada a la proximidad del protagonista en cuestión.
La credibilidad de un rumor, aparte de su porcentaje de verosimilitud racional, gira alrededor de las actitudes comunicantes de su emisor. Estudios afirman que cuanto más se valore una fuente, como competente y digna de confianza, más crédito se dará a sus divulgaciones (Análisis de Ritter). También influye la intencionalidad del interesado; por ejemplo, se generará más plausibilidad si refleja honestidad y desinterés en provocar problemas a terceros o beneficio propio con tales especulaciones. Además, en el momento de su difusión, será influyente para su futura propagación el nivel de incertidumbre del receptor cuando escuche el mito.
¿Cuál podría ser la necesidad personal de una persona para transmitir un rumor?
- Siempre suelen ir relacionadas por necesidades egocéntricas. Aumentar la auto-estima, ganar status social, reputación o autoconfianza, podrían ser algunos ejemplos.
En el psicoanálisis freudiano la autorrealización forma parte de las necesidades básicas de la humanidad. En cuanto al objetivo de la creación de un mito, Guy Durandin afirma que se producen por tres fines: “la calumnia, la desvalorización del sistema de información del adversario y la puesta en circulación de noticias contradictorias”. Éste último factor constituye el principal objetivo de la mayoría de los rumores que corren por el ámbito sexual.
Una vez aclarada la parte psicosocial que envuelve las leyendas urbanas. Le preguntamos a la psicóloga Mateu sobre los distintos rumores que circulan en relación a la sexualidad. Informa que es importante dejar estas cuestiones claras ya que, probablemente, el sexo sea el ámbito que más tabúes y especulaciones ha generado en la historia.

La sociedad utiliza mucho los bulos relacionados con la masturbación: “te saldrán granos”, “te quedarás enano”, “provoca ceguera”, “te saldrán pelos en la mano”, “sólo lo practican los hombres”. Aunque estas acepciones se utilicen, en la mayoría de los casos, bajo intenciones bromistas ¿cuáles serían las recomendaciones para su utilización?
- Habría que cuidar la utilización de estas falsas consecuencias de la masturbación en los niños. Al cortarles por lo sano esta práctica que tan sólo tiene que ver con el descubrimiento sexual puede provocar consecuencias problemáticas en el futuro. Por ejemplo, la retracción sexual. Cuando un padre se encuentre en situaciones como ésta es aconsejable que no prive al hijo; sino que cambie los roles de esta actividad, ayude a que no lo vea como algo prohibido e insano y que cuando quiera realizar estas tareas las realice, en todo caso, en soledad.
Las leyendas urbanas relacionadas con los contagios sexuales ¿habría que erradicarlas?
- En este caso, una buena educación sexual es necesaria en cualquier momento. Habría que descartar todas las leyendas que nieguen o vayan más allá de que una ETS o el SIDA se contagia por medio del contacto de fluidos con altos grados del virus o infección. Estos fluidos son la sangre, el semen y el flujo vaginal. Otros fluidos corporales como la saliva o el sudor no constituyen vías de contagio.
“El que tiene la nariz, las manos o los pies grandes tiene el pene grande”; “a más grande más placer”; “El hombre es el único responsable del placer de la mujer” ¿qué opinas de la ‘hipergenitalización’ de estos comentarios?
- Creo que la transmisión de estos mitos no presentan problemas sociales siempre y cuando se empleen en torno al cachondeo. Hay que saber que se tratan de bulos pero no hay que dejar que promuevan ideas racistas o sexistas que van en contra de la igualdad social.
En cuanto a la sexualidad en la tercera edad, ¿opina, como la leyenda urbana, que ‘se les pasó el arroz para realizar esas guarradas’?
-  Es necesario acoplarse al tipo de sexualidad que toca vivir en cada época de la vida. Todas son diferentes y de todas se pueden sacar experiencias buenas e inolvidables. Animo a la tercera edad a que juegue y experimente.
Por último, Mateu recalca que, según los teóricos Allport y Postman, existen dos condicionantes que controlan la intensidad reproductiva del rumor: la importancia que el hecho tiene para el receptor y el grado de ambigüedad que envuelve el hecho (R= I x A). Jitendra Mishra opina que “el radio pasillo (proceso de difusión colectiva) es tan difícil de matar como a la mítica serpiente de vidrio que cuando es atacada se parte en muchos pedazos transformando cada uno de ellos en una nueva serpiente”.

Ramón Muñoz.

http://pnsex.wordpress.com/2011/02/03/la-leyenda-del-mito-sexual/

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